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Seguro que te lavas los dientes, incluso varias veces al día, pero …¿lo hacemos bien? Lavarse los dientes de forma correcta es fundamental para tener una sonrisa sana. Y una duda muy común es durante cuánto tiempo debo lavarme los dientes para que sea efectivo.
Mediante el cepillado se retira la placa bacteriana que ataca el esmalte y se limita la acumulación del sarro, así como la aparición de caries y del mal aliento.
Es la mejor forma de prevenir enfermedades periodontales como la enfermedad de las encías. Así que vamos a profundizar en este tema y enseñarte todo lo que hay que saber sobre el cepillado de los dientes ….
Debemos lavarnos los dientes después de cada comida, es decir, unas tres veces al día. Lo ideal es esperar unos 30 minutos tras comer. Porque para entonces el pH de tu boca habrá vuelto a la normalidad, ya que tras la ingesta de comida o bebida este se vuelve ácido. La saliva logra que paulatinamente disminuya el nivel de acidez, que puede perjudicar nuestro esmalte.
Además, es muy importante que no nos olvidemos de cepillarnos por la noche, porque mientras dormimos la producción de saliva disminuye, favoreciendo el crecimiento de bacterias en nuestra boca.
La duración del cepillado está directamente relacionado con su eficacia. Debemos lavarnos los dientes como mínimo durante 2 minutos.
Para garantizar que lo cumples y te cepillas los dientes durante 2 minutos te recomendamos que utilices el temporizador del móvil o te pongas el cronómetro. Además, algunos cepillos eléctricos ya tienen incorporado un sistema de aviso.
En caso de que, aún así, el cepillado se te haga largo, puedes ponerte una canción o un vídeo en el móvil. ¡Habrás acabado antes de que terminen!
Para lavarse los dientes de forma correcta es necesario que aprendamos la técnica. Para que no se nos olvide ninguna parte de los dientes, comienza siempre por el mismo sitio.
Podemos hablar de tres partes: la cara exterior, la interior y la triturante. Y de dientes superiores e inferiores. Vamos a aprender la llamada técnica de Bass Modificada, que se emplea para el cepillado manual y que reproducen los cepillos eléctricos.
Abre la boca para acceder a los dientes superiores. Coloca el cepillo a 45º, es decir, en perpendicular diente. Ahora inclínalo muy levemente hacia la línea en la que se unen dientes y encías, de forma que se meta un poco en ellas. Es ahí donde se acumula más placa dental y de este modo te asegurarás de que los filamentos llegan para retirarla.
Mueve el cepillo de forma suave y con movimientos cortos. Dibuja pequeñísimos círculos que tocarán también las encías. Hay quien lo describe también como un movimiento vibratorio. Es importante hacerlo con suavidad para no dañar las encías y recorrer toda la cara exterior del diente.
¡Ojo! Es erróneo pensar que si cepillamos con más vigor y fuerza lograremos un mejor resultado. Todo lo contrario: aplicar demasiada fuerza al cepillar los dientes puede irritar las encías. E incluso puede provocar su retracción.
Pasamos a continuación a la parte interior de los dientes superiores. Utilizaremos el mismo movimiento: haremos círculos suaves y continuos usando la zona delantera del cepillo manual.
En la zona comprendida entre colmillo y colmillo, pondremos el cepillo en vertical para realizar varios barridos verticales en cada diente.
Los molares, donde masticamos la comida, tienen una superficie amplia en la parte superior del diente para realizar esta función. Son las caras triturantes o masticatorias. La limpiaremos con un movimiento de pequeño barrido horizontal (de atrás hacia delante).
En los dientes inferiores repetiremos todo el proceso: primero limpiaremos la cara externa y después la interna siempre con movimientos circulares suaves, y cambiando el sentido del barrido (ahora sería de abajo hacia arriba).
La lengua suele ser la gran olvidada en nuestra higiene dental. En ella sigue habiendo bacterias aunque te hayas cepillado los dientes. Por eso es conveniente que también nos ocupemos de ella.
Lo ideal es utilizar un limpiador lingual. Además, la actualidad hay algunos cepillos de dientes que tienen en el reverso superficies orientadas también a esta función.
La lengua puede tener algunas lesiones. Obsérvala para poder consultar con tu dentista.
¡Casi hemos terminado! Llega el turno de limpiar a fondo las zonas situadas entre los dientes. Aquellas donde el cepillo no es capaz de alcanzar o no es capaz de retirar los restos de comida y la placa bacteriana. Para eso utilizaremos el cepillo interdental o la seda dental.
Llegar a estas zonas es muy necesario. Aunque en la actualidad, tan sólo uno de cada tres españoles lo hace, según el Consejo General de Dentistas de España. ¡Seguro que eres uno de ellos!
En Dental Project estamos para ayudarte y resolver cualquier duda que tengas.