Cuando un diente comienza a cambiar de color respecto al resto y se va oscureciendo, poniéndose amarillo, gris o incluso negro, es una señal de alarma y hay que acudir a ver al dentista.
Sonreir es muy beneficioso para nuestras relaciones y para nuestra propia autoestima. Por eso muchos pacientes nos consultan cuando detectan cambios de coloración en alguna de sus piezas dentales alterando su sonrisa. O en la de sus hijos.
Estos cambios se producen sobre todo en los dientes delanteros, tanto en adultos como en niños.
Los dientes cambian de color a lo largo de la vida. Desde el blanco más intenso de los dientes de leche se pasa a los algo más oscuros de las piezas definitivas. Y tienden poco a poco hacia unos tonos más amarillentos. Un proceso natural que se produce en todas las piezas a la vez y donde además influyen factores externos como el tabaco o alimentos y bebidas que pueden teñir los dientes.
Pero son otras las causas de que un solo diente cambie de color: un traumatismo, una caries profunda o es el efecto de un empaste. ¿No te deja sonreír? Tiene arreglo.
–> Diente negro por traumatismo. El 10% de la población española sufre algún traumatismo en sus dientes, según el Consejo General de Dentistas.
Prácticas deportivas, caídas, tropezones o juegos… todos ellos pueden terminar con un golpe en los dientes. Las piezas delanteras son las más afectadas habitualmente, en especial los incisivos (paletas) por ser las que se encuentran más expuestas.
No nos olvidemos de que nuestros dientes están vivos. Cada pieza está recubierta por una capa de esmalte (tan duro como un diamante y de color transparente). Protege la dentina, una capa llena de pequeños conductos que conecta con el interior, la pulpa, llena de vasos sanguíneos que lo irrigan y mantienen con vida y un nervio encargado de transmitir todas las sensaciones.
Un traumatismo puede romper los vasos sanguíneos y perjudicar el riego del nervio, terminando progresivamente con una necrosis o muerte de la terminación nerviosa. La liberación de la sangre en el interior del diente y su oxidación hace que se vaya tornando amarillo, marrón y finalmente gris o negro.
–> Diente negro por caries profunda. Una mala higiene bucodental y factores como la predisposición genética por un esmalte débil pueden provocar caries. Una vez que llegan a la dentina comienzan a ser dolorosas. En los casos más graves llegan a la pulpa.
Ante una caries se debe acudir al dentista inmediatamente. De no tratarla a tiempo puede suponer la pérdida de la pieza dental.
–> Diente negro por materiales del empaste. Es posible que en un empaste antiguo aparezcan reacciones químicas que alteren el color de los dientes. En especial si se hizo con amalgama de plata, que puede sufrir corrosión. Los composites son más estables pero en algunos casos también pueden degradarse y tornarse amarillos. En ambos casos la solución pasa por cambiar el empaste.
Antes de que se nos ponga un diente de color negro hay otros síntomas que pueden alertarnos de que hay una afección de la pulpa dental. Si crees que tienes alguno de ellos, ¡acude a tu dentista!.
De hecho, en las primeras etapas de una lesión pulpar es habitual tener hipersensibilidad dental a los alimentos fríos y calientes.
Posteriormente, a medida que la dolencia avanza el nervio va perdiendo la capacidad para transmitir sensaciones.
Finalmente se produce la necrosis pulpar o muerte del nervio. Sin embargo, el paciente podría percibir una presión mayor de lo habitual sobre ese diente al masticar. Otro síntoma para acudir al dentista.
Ante un diente negro el primer paso es evaluar la situación y detectar la causa. Para ello es habitualmente necesario realizar un análisis clínico y una radiografía para confirmar el estado del diente.
Una vez diagnosticada que se trata de una afección de la pulpa del diente, hay que actuar para salvar la pieza y realizar una endodoncia. Con ella se retirarán todos los restos de nervio, pulpa y bacterias y se sellarán los conductos internos de la dentina para evitar filtraciones y nuevas infecciones.
En función del estado del diente podrán darse varios abordajes:
–> Blanqueamiento interno. Únicamente se actúa sobre la pieza que ha cambiado de color. Y siempre se efectúa sobre un diente no vital, endodonciado.
–> Carillas. En algunos casos el blanqueamiento puede no ser la mejor opción. Esto lo determinará el dentista en función de la coloración del diente y su estado. En este caso la mejor opción para recuperar la estética del diente es colocar unas carillas sobre el diente. Actualmente el resultado es muy natural y no se distingue del resto de las piezas. Por eso es recomendable que si el paciente quiere además aclarar el tono de toda su dentadura, se haga antes de colocar la carilla.
–> Empaste nuevo. En el caso de que el problema lo hayan provocado los materiales de un empaste antiguo, la solución es retirarlos y colocar uno nuevo.
Una vez que el diente ha sido tratado con endodoncia, el objetivo será recuperar el color blanco del diente. El procedimiento es el del blanqueamiento interno. Se tratará de lograr que el tono sea similar al del resto de piezas que se encuentran a su alrededor. Para ello en Dental Project seguimos un proceso con los siguientes pasos:
–> Fotografía del diente para establecer el estado en el que se encuentra al inicio del tratamiento de blanqueamiento. Nos permite mostrar la evolución, el antes y el después de la sonrisa.
Toma de color. Se determina el color de los dientes de la boca utilizando una escala de color. Esta tiene en cuenta el brillo (valor), el tono (matriz) y la cantidad de pigmentación (croma) del diente. Su finalidad es que a raíz del tratamiento la pieza recupere un aspecto lo más parecido al resto posible.
–> Apertura de la cavidad pulpar en la que ya se ha realizado la endodoncia. Esta se vuelve a limpiar y, a continuación, se aplica un gel blanqueador.
–> Sellado provisional del diente. El gel blanqueador debe actuar durante una semana, por lo que el paciente deberá volver a la consulta dental al cabo de los siete días.
–> Evaluación del color alcanzado por el diente. Una vez el color se estabiliza, se comprueba si es similar al resto de piezas o si, por el contrario, todavía no se ha alcanzado el tono deseado. En este último caso se volverá a aplicar el gel blanqueador y se dará al paciente una nueva cita para revisión.
–> Sellado definitivo. Cuando el diente ha alcanzado la coloración deseada se procede a sellar el diente definitivamente.
El paso final es tomar nuevamente fotografías del resultado con el fin de documentarlo. Además, el paciente podrá comprobar cómo ha mejorado su sonrisa viendo el antes y el después del tratamiento.