En los últimos años el uso de colutorio por parte de la población ha aumentado en gran medida. Para la sensibilidad dental, para prevenir las caries o para combatir la halitosis, parece que hay un colutorio para caso.
El problema viene cuando se hace un mal uso de estos productos e incluso se sustituye por el cepillado de dientes. En muchos casos la publicidad vende los colutorios como la herramienta perfecta para mantener una boca sana, pero en ningún caso es así.
Los colutorios no son imprescindibles en la rutina de higiene bucal, y aunque pueden ser beneficiosos en algunos casos, siempre deben usarse como un complemento del cepillado, nunca como un sustituto.
Ante cualquier molestia, dolor o problema que pueda aparecer en la boca, la mejor solución es acudir al odontólogo. Es este quien debe estudiar cada caso y diagnosticar a cada paciente. Intentar solucionar el problema con un colutorio puede hacer que se convierta en un mal mayor.
Un aspecto a tener en cuenta a la hora de utilizar cualquier colutorio, es su composición. No es recomendable utilizar productos que incluyan alcohol.
En el caso de los niños, las medidas a seguir son las mismas que en los adultos. El dentista es quien debe recomendar un colutorio para cada caso. Y recurrir siempre a productos desarrollados para los más pequeños.
El cepillado de dientes es el primer paso para tener unos dientes y encías sanos. Es importante mantener una rutina de higiene bucal que incluya el cepillado de dientes después de cada comida y el uso de hilo dental. Además, como complemento final se puede recurrir al colutorio.