Es frecuente despreocuparse de la salud bucodental de los niños durante sus primeros años de vida, pero hay que tener en cuenta que un buen cuidado de los dientes y encías desde una edad temprana influirá en su salud bucodental.
Aunque los dientes de leche se caen para dar paso a la dentadura de adulto definitiva, cualquier problema que pueda surgir durante esta etapa determinará la dentadura y la salud bucodental del paciente. Esto hace que sea imprescindible conocer las pautas a seguir para cuidar los dientes y las encías durante la infancia.
Entre las enfermedades que pueden padecer los niños, la más frecuente son las caries dentales. Esta patología no solo afecta a la salud bucodental del niño, sino que puede afectar a su salud en general ya que provoca dolor intenso, infecciones faciales e incluso puede llegar a afectar a su desarrollo físico o su capacidad de aprendizaje. Además, al ser una enfermedad infecciosa y trasmisible, puede arrastrar estos problemas hasta la vida adulta.
Saludbucodental en niños
El cuidado bucodental debe comenzar en los días posteriores al nacimiento del bebé. Se deben limpiar las encías con una gasa o un paño húmedo después de las tomas de leche o al acostar al bebé por la noche. Este paso es importante porque durante las horas de sueño la producción de saliva disminuye y hay más riesgo de coger infecciones.
En cuanto asome el primer diente, hay que empezar a lavarlo y desde ese momento crear una rutina de cepillado. Se aconseja que los niños se cepillen los dientes 2 veces al día durante al menos 2 minutos, con movimientos circulares. Este proceso debe llevarse a cabo por la mañana después de desayunar y antes de irse a la cama.
El dentífrico más recomendado para los niños es uno con flúor, para los niños menores de 3 años con una pequeña cantidad de pasta de dientes del tamaño de un grano de arroz será suficiente. Al contrario de lo que se piensa los niños no deben enjuagarse con agua para evitar que se elimine o se diluya el flúor, será suficiente con que escupan el exceso de pasta.
El cepillo que utilicen los niños debe cambiarse cada 3 meses o siempre que las cerdas estén dobladas, se caigan o se vean gastadas.
El uso de chupete y biberón
El uso del chupete es uno de los aspectos que más dudas crean en los padres. Su uso prolongado o que el bebé se chupe el dedo, afecta al desarrollo de la boca y los dientes, por lo que se debe evitar utilizarlo más allá de los 2 años y medio, y sobre todo nunca untarlo con azúcar ni miel.
En el caso del biberón, este debe utilizarse para la leche -materna o en polvo- y el agua.
A partir del año el resto de bebidas deben consumirse en vasos o tacitas, y el niño debe comenzar a masticar a partir del año para evitar problemas futuros. En la medida de lo posible los zumos mejor que sean naturales, ya que los artificiales contienen muchos azúcares, y es aconsejable reducir el consumo de refrescos al ser cariogénicos. En ningún caso es aconsejable añadir miel o azúcar al contenido del biberón.
Por último, es importante realizar revisiones dentales periódicas cada 6 u 8 meses. Ante cualquier duda o problema que pueda surgir la mejor opción es siempre acudir al odontólogo, que será el encargado de determinar los pasos a seguir.