El consumo de tabaco es uno de los hábitos más perjudiciales para la salud. Multitud de enfermedades de distinto índole están asociadas a este hábito, desde patologías cardiopulmonares hasta distintos tipos de cáncer.
La salud bucodental también se ve expuesta por este hábito. El tabaco está compuesto por más de 4.000 toxinas entre las que se incluyen la nicotina, el monóxido de carbono, nitrosaminas, bencenos, aldehídos y cianuro de hidrógeno y estas afectan directamente a la cavidad bucal.
El caso más significativo es el del cáncer, el 90% de los cánceres orales – de laringe, de boca, de esófago o de garganta – están provocados por el tabaco y otros tipos como el de pulmón. estómago, páncreas o hígado también vienen derivados de este hábito.
Otras enfermedades asociadas al consumo de tabaco son la periodontitis, que aumenta entre 2 y 7 veces su gravedad en personas que fuman, y la periimplantitis.
La periodontitis es una enfermedad inflamatoria que afecta a los tejidos que hay alrededor del diente. Según el grado de afectación puede ser gingivitis, si la inflamación es superficial, o de periodontitis, en caso de que la infección sea más profunda.
Se trata de una enfermedad que evoluciona sin dolor por lo que es importante estar atento a aspectos como el sangrado de encías, el mal aliento, la perdida de encía o la movilidad o separación de los dientes, para poder dar un diagnóstico precoz y evitar que termine ocasionando la pérdida del diente. En algunos casos puede llegar a afectar incluso a la salud general del paciente.
La periimplantitis también es un proceso inflamatorio, pero en este caso afecta a los tejidos que rodean a un implante osteointegrado. Esta inflamación termina por suponer pérdida ósea y en algunos pacientes puede suponer el rechazo de los implantes.
Otras consecuencias del consumo de tabaco son la peor cicatrización de las heridas de la boca, aumento del sarro, alteración del gusto y el olfato, mal aliento y la aparición de manchas en los dientes.
Si eres consumidor de tabaco y padeces alguno de los síntomas detallados anteriormente lo mejor es que acudas al dentista para poder evaluar la situación, al igual que si has dejado de fumar o estás en proceso de hacerlo. Así te asegurarás de que todo está en orden y en caso de tener que empezar con un tratamiento hacerlo lo antes posible.