La pérdida de una pieza dentaria supone un problema relativamente frecuente entre los adultos. Durante mucho tiempo, la sociedad no le daba excesiva importancia a la falta de un diente. Hoy en día, los pacientes tienen una mayor concienciación de los problemas que puede acarrear no sustituir el diente perdido mediante un implante dental. Los repasamos a continuación:
1. Problemas estéticos: muy importante cuando nos falta un diente que se ve al sonreir.
2. Movimientos de dientes vecinos: al faltar una pieza ocurren dos fenómenos. Los dientes que están al lado se inclinan para ocupar el lugar del ausente. Por otro lado, el diente contra el que mordía el que falta tiende a crecer al no encontrar un tope. Es lo que se conoce como extrusión dentaria.
3. Pérdida de hueso: el hueso desaparece al no haber un diente o implante.
4. Desgaste de los dientes al forzarles a trabajar por los que faltan. En el caso de que falten múltiples dientes, estos problemas de acentúan, pudiendo producirse graves complicaciones fonéticas, estéticas y en la masticación.
Ante este problema, la mejor solución son los implantes. Estos se pueden colocar el mismo día de la extracción del diente o de forma diferida. Consúltanos tu caso y te explicaremos cual es la mejor opción.