Habitualmente, cuando tenemos molestias en la boca, lo achacamos a las caries. Las caries son uno de los principales problemas bucodentales en el mundo, suelen aparecer en niños, adolescentes y personas mayores, en su mayoría por no mantener una higiene adecuada o consumir productos azucarados, pero no siempre son estas fisuras en los dientes las causantes de nuestro dolor.
El dolor puede ser dado por:
1. Hiperestesia dentinal o como comúnmente se conoce, sensibilidad dental. Notamos que aparece cuando tomamos alimentos o bebidas frías, o por el contrario muy calientes, es una sensibilidad a las temperaturas más extremas, producida por un desgaste en el esmalte que abre los poros de los dientes, dejando más accesibles los nervios, de ahí ese aumento de la sensibilidad. Puede ser causada por un cepillado más impetuoso de lo normal, o exceso de alimentos ricos en ácidos, como la fruta o las bebidas gaseosas.
2. Gingivitis, puede ser detectada por la inflamación de las encías, un color anormalmente oscuro de ellas, sangrado durante el cepillado o uso de hilo dental, mal aliento. Si estos síntomas son habituales, es importante acudir al dentista ya que puede derivar en una periodontoditis severa, que implica la pérdida de hueso de las encías.
3. Muelas del juicio, son los terceros molares de la dentadura, suelen aparecer en la etapa adulta (más de 18 años) pero se topan en ocasiones con falta de espacio o una colocación inadecuada para su erupción. La falta de espacio suele ser uno de los principales motivos de este dolor, presiona el resto de dientes para hacerse espacio y causa grandes molestias. El dentista deberá sopesar la necesidad de extraerlas, puesto que las consecuencias son la descolocación de la dentadura.
4. Bruxismo, se realiza durante el día o la noche. El estrés hace que apretemos la mandíbula de manera incontrolada, y se desgasten las piezas dentales unas contra otras. Además de provocar dolor en los dientes, puede generar dolores de cabeza y oído, tensión muscular, insomnio y trastornos alimenticios.
Si esta acción es realizada durante la noche, unas fundas pueden evitar rechinar unos dientes con otros, si se produce durante el día, dormir las horas recomendadas, hacer ejercicios de relajación, poner hielo en la zona y masajearla reduce la tensión y el dolor.
5. Abscesos, existen tres tipos de abscesos: gingival, periodontal o periapical. El primero, aparece en la encía, es una acumulación de pus, derivada de una mala limpieza o restos de algún alimento que se han quedado incrustados, puede acabar derivando en un absceso periodontal. El segundo, surge en el espacio entre dientes, es más complicado de detectar y por ello acaba afectando al hueso mandibular. El tercero, se genera tras una grieta en el esmalte o una caries, llenando el espacio de líquido purulento. Se detecta por una gran inflamación alrededor de la pieza afectada.
Es importante acudir al dentista si tenemos molestias y no atisbamos la presencia de caries, pueden ser otras enfermedades bucodentales menos conocidas que tratadas a ti